miércoles, 3 de diciembre de 2008

Chano Lobato








En la foto aparecemos, por este orden; servidor, con unos años menos; el gran Chano, Moisés , Chano Ramírez, el hijo de Chano, que le acompañó a la guitarra, y Labri, un buen amigo. La foto está hecha a las puertas de la Casa de Cultura de Zaragoza, donde Chano estuvo cantando en una de las primeras ediciones que organizamos de las Jornadas Flamencas de la bien amada Peña Unión Flamenca de Zaragoza.

Chano es, aparte de un cantaor legendario, una persona buenísima, divertido, generoso, juvenil a pesar de su edad, y estar con el ha sido siempre un placer incomparable.

Años después tuve el honor de contratarle para las Jornadas Flamencas de Huesca (la primavera Flamenca) y vino acompañado del guitarrista Fernando Moreno. Chano, en esta ocasión, estuvo sembrado en todo el viaje, comió en La Corrala, tan a gusto, que le dedicó unos cantes a la cocinera, la Mikana, una gitana estupenda de la madalena que nos dió gloria junto a Fernando, su marido, y sus hijos, el casi año que aguantaron en ese bar.

En ese viaje Chano se emocionó cuando oyó al Tutero, decía que le había traído a José a la memoria. El Tutero es un gitano de Huesca que canta para morirse, con aire camaronero, pero no he oido a nadie que lo haga como él. Paraliza a la audiencia.

Chano puso en pie al público que abarrotó el Centro Cultural del Matadero, y se permitió dar una pataíta al final y todo. Al salir, los gitanos de Huesca, que tienen arte pa dar y vender, le cantaron en una rueda emocionante, que a mas de uno nos hizo saltar las lágrimas. Qué gloria de días...

Chano se acordaba de Huesca días después, según me contaron desde Motril, agradecido decía que le habíamos querido y respetado: Viva Huesca, no paraba de repetir. Y como anécdota graciosa, cenó una sopa de marisco en el restaurante de la estación, y decía que eso era una sopa y no las de Chiclana, qué arte, dios.

Gracias, Chano, eres general. Con armiración de tu sobrino