sábado, 28 de febrero de 2009

Combays








La foto igual hasta es mía o quizá de nuestra amiga Marisa, está tomada cerca de Burgos, cuando ya no estaba con nosotros Jesús, y lo sustituyó, Enrique. Espero poder poner otras fotos del grupo inicial.



En la pared estaba un papel, y en el papel un mensaje: Combays buscan bajo y teclado con compás de rumba. Corría un año lejano de los primeros ochenta, pero como si fuera hoy: el sitio era la Vía Láctea (un bar de Zaragoza, no se equivoquen) y Julio estaba en la barra. Seguro que también estaba José Manuel, nuestro Phineas particular. Quién pues? los Combays. La voz grave de Julio y toda su humanidad: unos gitanicos de aquí del barrio (el barrio era y es la madalena maña; por la iglesia de la Magdalena)

Pocos días, como una luz inesperada, entraron esos 3 zagales vestidos al estilo de los Blue Jeans españoles; pantalón de semitergal azul, camisa blanca y corbata a juego. Ey, como podríamos hacerlo. Chúmbala que chumba, chúmbala, ey. Vamos a montar una historia. Y allí empezó este camino que no esperaba. Una banda, un local, unos conciertos aquí y allá, un concurso en Tardienta (Huesca), por delante de los Héroes, gracias a Quino en la memoria; y nos fuimos a tsunami, unos estudios en Donosti que regentaba Joseán, donde en 4 días grabamos La maqueta y, a fuego, un pacto imposible de seguir palante, pero imparable al tiempo: la maqueta rodó en manos madrileñas, tras un viaje propio y ajeno. Tiempo después una compañía, GASA, nos llamó y al poco estábamos a las órdenes del productor de moda; le llamaban Trinidad, para editar un disco y volvernos locos: sin aportes, sin sentido, incluso recorriendo el país con The Cure; para esperar un destino que no nos llegaría: o no era la hora, o no era el sitio, en realidad creo que estábamos fuera del momento.

Allí quedaron el Kikilibú, la chana chana que me va la marihuana, Itaskú, Speedy González, el niño gitano y amor, sobre todo mucho y descontrolado amor. No será porque no lo intentamos, pero eran muchas las tormentas y pocas las jarcias. Aun así seguimos adelante, Iré contigo con Ramón Godes y nuestras carencias, alerta, siempre estarás alerta. Como pelear la pelea contra el enemigo invisible, perdimos al bolo (nuestro cantante) en una locura de compañías (Ariola, Go Disc¡) y del caballo maldito que arrasó el país con la complacencia de los que decían luchar contra el y la ignorancia propia de toda la ignorancia que es nuestra vida. Cuántas lágrimas derramadas¡¡¡

A punto de dar el salto, y ahí nos quedamos. Aún, como los boxeadores sonados, fuimos capaces de rearmarnos con la mejor banda que nunca tuvimos, y fuimos capaces de grabar ese tercer disco; Adebán, adelante, y a fe que lo intentamos, pero unas veces las curvas, otras nuestro sino, decidimos un buen día cumplir nuestros últimos compromisos que incluían Oporto y Amberes (Sfinks Festival, con siete mil belgas enloquecidos) y nos bajamos del carro. No asistí al último concierto en Huesca, y Zaragoza no nos dejó siquiera la despedida.

Y no cuelgo, parece imposible, como recuerdo, un vídeo del youtube que pienso ha hecho Jesús, el primer hijo del cantante (Jesús, el bolo, el coronetas) Es con la canción de chana y salen xulos de la madalena, ese barrio nuestro de zaragoza. Como fuimos de la época en que no había Internet no hay manera de conseguir cosas de ellos, pero ya las buscaré, para que sus amigos repartidos por ese mundo puedan tener su ración de ellos.